Follow ponchonics on Twitter Paperwink: 2:44

martes, 22 de diciembre de 2009

2:44

Un grito ahogado interrumpió mi sueño nuevamente. Desperté sudando en la noche helada, sin saber con seguridad si la escena era aún parte de la fantasía o estaba realmente entre las cobijas en la oscuridad de mi cuarto. Casi sentí miedo.

En el desconcierto, tomé el teléfono y vi la hora: 2:44am. Quería llamarte, pero tenía pavor de las imágenes que me habían abrumado un momento antes. Ahora tendría terror de dormir otra vez, ante las apariciones que podrían sobrevenir.

Despierto, pensaba en el rosa, no, fuscia de tu traje de baño... Te veía claramente salir de esa tibia alberca y caminar con tus pies desnudos por el pasto. Al verte de lejos me parecías igual de hermosa como cuando te dejé afuera del departamento y con semblante cansado me dijiste adiós. Tu paso lento me permitía ver con más detalle tu magnífico cuerpo, mientras las gotas todavía escurrían por tus caderas y tu cabello mojado. Tu rostro feliz me dejó la piel fría y los bellos erizados, hasta que apareció de la nada un hombre que identifqué fácilmente. Te abrazó frente a mí, y tu no me prestabas atención; creo que no sabías que estaba ahí, a unos pasos. Fue una quimera tan real como aquella que me despertó en tu cama, cuando sentí ese miedo que me persigue desde niño.

Tu hermano no dejaba de tocar el bajo junto a mí y parecía no importarle mi drama. Tal vez porque mis gritos no podían salir cuando veía como recorría tu cuerpo, el mío, con sus pequeñas manos. Acariciaba tu cuello con delicaeza y veía tu sonrisa brillar como cuando brilla por mis palabras. En ese momento no pude más. Grité, grité... seguía gritando para que escucharas que estaba en ese mismo lugar, viendo todo con lágrimas sofocadas por el coraje y la repulsión a mí mismo. El agobio era insoportable. Insoportable. Nadie pudo escucharme, todo continuó y yo desperté con mi propio quejido asfixiado por el sueño.

Qué rápido late el corazón cuando, después de esas experiencias, intentas tranquilizarte y volver a dormir.

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