Follow ponchonics on Twitter Paperwink: febrero 2010

martes, 9 de febrero de 2010

Spaghetti

Bien decía Séneca que todo lo vence el hombre, menos el hambre.

La náusea

Nota: sin ser copia de otra entrada, pero tampoco mejor que ella.

Camino acaso dormido entre la menguante oscuridad del amanecer. Entro al baño, enciendo la luz y miro el espejo. Como de costumbre, me ducho y me visto mientras escucho (no observo), las noticias por la televisión. Corrupción, hambre, ignominia, fraude, muerte, abuso, pobreza, impunidad, espectáculos y deportes... Porquería.

Tomo el libro en turno y salgo de casa. Al entrar al transporte, observo cómo un hombre calvo corre para llegar primero a un asiento al que una mujer se dirige desde otra puerta. Luego, como en automático, el tipo se duerme. Del otro lado del autobús, un viejo con bastón y ojos cansados se aferra al respaldo donde otro dormido, joven él y con audífonos en los oídos, ni se entera del zangoloteo del auto. Enseguida, recuerdo cuando una mujer se enfureció al interceder por ella. Abro el libro y comienzo a leer.

La gente se amontona, se estorba; caras grises, como ahumadas por el tiempo y la desdicha... Ya en la oficina me topo con la ética nuestra de cada día. La ecuación de la información: Información = Verdad + Mentira + Dinero + Falsedad elevada al cubo.
Minutos persiguiéndose entre sí, a veces lentamente y luego se esfuma el tiempo. Ligero, me propongo a olvidar lo olvidable. Salgo a la ahora menguante luz del atardecer y disfruto, sin pensar, de cada cosa que merece la pena ver, oír y tocar. Momentos que pesan más incluso que las bagatelas que nos mantienen vivos.
Después, la Noche... Volvemos a lo mismo.