Té

Hay momentos que parecen haber sido destinados a desaparecer. Ocasiones oportunas para sumergirse en el olvido del hartazgo, el hastío. Instantes para escapar de los minutos, del tiempo.

Primeras palabras

Esta noche borraron mis palabras. Nada podía yo hacer mientras iban desapareciendo. Otras personas no debían verlas y entonces se desvanecían una a una, porque nada significaban. En la madrugada no dolía, aunque ahora se siente una cicatriz. Es pequeña y tal vez sin importancia, pero cuando volteo y la veo, regreso a aquellos momentos inocentes cuando todo lo demás era invisible. Se borraron las palabras para siempre, las primeras, pero eso no importa ya.

Aquí

Sólo cuando se tiene la mente tranquila, la soledad se aprecia y se disfruta. Ésta no debe ser demasiado prolongada, puesto que deviene en tristeza y amargura, al comenzar con cavilaciones vanas.