Follow ponchonics on Twitter Paperwink: enero 2010

sábado, 23 de enero de 2010

Sal

Olor a desilusión y lágrimas saladas mientras las sábanas se enfrían y se llenan de olvido. Tiempo veloz, detente cuando su felicidad ilumine la existencia.

martes, 12 de enero de 2010

Mitología privada

Cuatro meses después, la historia había dado un vuelco imprevisto. La mutación caprichosa que nos encaminaba al futuro y que, con levedad, nos convirtió en lo que ahora somos y soñamos ser.

viernes, 1 de enero de 2010

2009

Ahora, recostado en una fría cama, leo los comentarios que dejan unos y otros sobre el cambio de ciclo, el término de la década y las expectativas para el próximo año. Nostalgias, recuerdos y promesas por cumplir abarrotan el efímero espacio que en cualquier otro día hubiera contenido los cotidianos textos grises que se olvidan en momentos. Aquí, pensativo al leer el frenesí del año que se va, no puedo evitar hacer el recuento de lo vivido durante estos fugaces meses. Me entristece un poco la velocidad a la que vuela el tiempo y sin embargo, no recuerdo mucho de lo pasado en los primeros tres meses de 2009, sólo situaciones fundamentales. Luego, epidemia, encierro, tedio.

Cambio radical a mi historia personal, trabajo inesperado, nuevas personas... Lilia. Nuevamente cambio, sueños, curiosidad, cine, comida, calle, plática, plática y atracción. Tus ojos, tu presencia, tus palabras. Twitter, música y tú en todo lo demás. Beso, me gustas, historia... tiempo: felicidad. Cambio. Inmadurez, pensamientos, cosas que no pueden cambiar, utopías. Cumpleaños, leche, perfección. Regreso, hospital, enojo, tristeza y fin de año. Quiero tenerte junto a mí, acabar con mi necedad recurrente y olvidarme de lo inolvidable.

Hoy definitivamente ha sido un día como cualquier otro. Salvo el desvelo y las felicitaciones de no sé qué, el ritmo ha sido igual de ordinario que la mayoría de las jornadas, sin embargo puedo decir que 2009 ha sido, al menos para mí, un año muy distinto, que merece la pena recordarse, que cambió mi vida y mi forma de ver el mundo, que cambió mi persona y que me llenó de ilusión. Ahora nada más me queda esperar una llamada antes de dormir.