Follow ponchonics on Twitter Paperwink: 2009

jueves, 24 de diciembre de 2009

Nochebuena

Llévame contigo, toma mi mano y arrástrala hasta donde estés tú y tu cuerpo tibio. Llévame contigo y abrázame en silencio, no me dejes a la deriva en esta noche fría y larga. Perdona mis pensamientos mezquinos y llévame contigo, que este momento no quiero apartarme de ti.

martes, 22 de diciembre de 2009

2:44

Un grito ahogado interrumpió mi sueño nuevamente. Desperté sudando en la noche helada, sin saber con seguridad si la escena era aún parte de la fantasía o estaba realmente entre las cobijas en la oscuridad de mi cuarto. Casi sentí miedo.

En el desconcierto, tomé el teléfono y vi la hora: 2:44am. Quería llamarte, pero tenía pavor de las imágenes que me habían abrumado un momento antes. Ahora tendría terror de dormir otra vez, ante las apariciones que podrían sobrevenir.

Despierto, pensaba en el rosa, no, fuscia de tu traje de baño... Te veía claramente salir de esa tibia alberca y caminar con tus pies desnudos por el pasto. Al verte de lejos me parecías igual de hermosa como cuando te dejé afuera del departamento y con semblante cansado me dijiste adiós. Tu paso lento me permitía ver con más detalle tu magnífico cuerpo, mientras las gotas todavía escurrían por tus caderas y tu cabello mojado. Tu rostro feliz me dejó la piel fría y los bellos erizados, hasta que apareció de la nada un hombre que identifqué fácilmente. Te abrazó frente a mí, y tu no me prestabas atención; creo que no sabías que estaba ahí, a unos pasos. Fue una quimera tan real como aquella que me despertó en tu cama, cuando sentí ese miedo que me persigue desde niño.

Tu hermano no dejaba de tocar el bajo junto a mí y parecía no importarle mi drama. Tal vez porque mis gritos no podían salir cuando veía como recorría tu cuerpo, el mío, con sus pequeñas manos. Acariciaba tu cuello con delicaeza y veía tu sonrisa brillar como cuando brilla por mis palabras. En ese momento no pude más. Grité, grité... seguía gritando para que escucharas que estaba en ese mismo lugar, viendo todo con lágrimas sofocadas por el coraje y la repulsión a mí mismo. El agobio era insoportable. Insoportable. Nadie pudo escucharme, todo continuó y yo desperté con mi propio quejido asfixiado por el sueño.

Qué rápido late el corazón cuando, después de esas experiencias, intentas tranquilizarte y volver a dormir.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Sourire

Ton sourire est la plus belle chose au monde. Elle a le pouvuoir de changer une vie, la mienne. Quand elle est près de moi, je suis hereux; je ne vais pas bien quand elle disparaît. Ton sourire.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Still

Sigo con el nervio, la angustia que me provoca la cegadora incertidumbre y el tedio de mi quietud. Sigo con el fastidio de mi empecinamiento y las ganas de ignorar la historia. Sigo oyendo, sin escuchar.

martes, 8 de diciembre de 2009

Shame

Odio intensamente aquellos malditos fines de semana en que viajabas, no muy lejos, pero ibas y olvidabas seguramente la rutina diaria.

Odio intensamente las imágenes de ambos, su definitiva sonrisa y sus miradas de cariñosa complicidad. Odio ver sus cuerpos unidos, los abrazos, las caricias y los besos. Odio la efímera pero pasada levedad.

Odio no tener el valor para desaparecer esos clavos de mi mente. Me odio profundamente por recordar, por imaginar.

Odio... irremediablemente odio saber tantas cosas. Odio no saberlas todas. Odio las postales que me guardo de un tiempo al que no pertenezco, al que nunca pertenecí.
Odio sentir. Odio.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Absurdo

El colmo de la locura es proponerse destruir las pasiones. Un devoto se atormenta como un demente para no desear nada, no amar nada, no sentir nada y, si lo logra, se vuelve un verdadero monstruo.

Reflejo

Antes de bañar, miro mi piel en el espejo. Veo huellas. Fijo mi atención en mi hombro derecho, luego en el izquierdo. Paso los ojos por mi espalda y me quedo unos momentos ahí, observando. Después siguen el cuello, el pecho y por ultimo el rostro. Los ojos se topan con ellos mismos y se examinan profundamente. La boca también es víctima de esa minuciosa búsqueda de un algo.

Atónito, caigo en la cuenta de que he cambiado, casi imperceptiblemente, una modificación apenas celular que se refleja en ese espejo que ha sido fiel durante mis años. La sorpresa se convierte en una sonrisa discreta e inconsciente. No supe que la había esbozado hasta el momento en que se dibujó frente a mí.

Confirmé una vez más que, efectivamente, soy tuyo.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Coca con hielos

Cuando tomas una Coca con hielos el último trago es el más rico... Hoy no tomé Coca, pero di un último delicioso trago. You are even more beautiful than the moon.

Attempt

Y me aferro a tu presencia como se aferra un desahuciado a la vida. Momentos imperturbables salvo por el propio Yo que me acosa cuando pienso...

martes, 1 de diciembre de 2009

De noche

Escucho tu respiración en calma. Imagino tu rostro y tu cuerpo liviano que se olvida de la noche que se asoma por tu ventana. Te veo a través de la distancia y apareces tan hermosa y serena que me conformo con el silencio, tu silencio.No quiero perturbar este momento. Pienso en los momentos del largo día y me arrepiento de mucho. Pero ahora sólo deseo sentir tu respiración, disfrutarla sólo para mí. Quiero ver tus sueños pero me he quedado lejos. Habrá de amanecer.

Ignominia

Lo sé y me aterra... Poseedor de mezquindad que no me lleva a ningún lado. Terquedad infame. Imágenes distorsionadas de un tiempo que nunca fue ni será mío.

Desmemoria

Irrefrenable deseo de alivio, distracción, olvido... Ignorancia. Como aquéllos que en su ignorancia viven bien. Ignorancia para la levedad.

Fuegos Fatuos

Comprendo bien la necedad de mis ansiedades. El absurdo, el vacío y lo inútil que resulta mantener en primer plano la resaca de aquellas noches en que, imagino, sonreías con tu hermosos labios y acariciabas con esas manos que me hipnotizan al estar cerca; abrazabas despreocupada cálidos momentos que estarán ahí sin remedio, y respirabas casi feliz un olor ajeno a mí. Me compadezco de mí mismo.

Del tonto que no termina de enterarse que hoy tiene al mundo en sus manos, una oportunidad que nunca llegó a tener y que está desaprovechando por ratos cuando sufre y se tortura con... anhelos vanos. Sin embargo ese tonto tiene la certeza de que ahora como nunca es feliz. Feliz porque comprende que esa palabra sí existe, que se puede sentir al mirar a alguien, al dormir con alguien y al sentir su simple presencia... Qué cosa más increíble. Que el cuerpo, la mente y acaso el alma puedan encontrarse en un estado indescriptible sólo por el hecho de que tú, la mujer, me observes y me dejes ser parte de tí.